La unidad de la izquierda: la esquiva que todos desean

Por: Hernán Suárez
Asesor editorial – hsuarez2007@yahoo.es

En términos de realismo político, la izquierda más que buscar ser alternativa de gobierno en el 2014, lo que intenta es una estrategia electoral que le permita sumar sus débiles y dispersas fuerzas, superar el umbral electoral y permanecer dignamente como oposición, en espera de mejores oportunidades para ser gobierno.

Todas las fuerzas de izquierda coinciden en proponer una estrategia electoral salvadora de unidad. Navarro y su agrupamiento Progresistas
proponen un gran frente amplio, “un matrimonio con camas y habitaciones separadas si fuere necesario”, “pero juntos en propósitos y eso es una coalición, eso es una alianza, eso es un frente si queremos llamarlo de alguna manera. Eso es lo que tenemos que organizar en éste periodo” http://goo.gl/zKbkk

Iván Cepeda en carta dirigida al Polo, el Partido Comunista, el MOIR, la Marcha Patriótica y Progresistas llama a “una poderosa convergencia de izquierda.” “Sé que ustedes, y las colectividades que representan, en diversos contextos han afirmado su disposición para trabajar en la conformación de la alianza de la izquierda y los sectores democráticos que requiere Colombia. Es el momento de una poderosa convergencia de izquierda. Las y los insto a que demos ese paso definitivo”. http://goo.gl/f3FXN

El Polo a través de Clara López desde el año pasado ha insistido en la unidad de la izquierda y propone su candidatura para “construir participativamente el programa de la mano de todos los sectores alternativos de Colombia, para que podamos armar una gran convergencia democrática capaz de presentar una alternativa creíble, viable, que de verdad pueda reunir las mayorías”.

La Unión Patriótica reactivada a raíz de la devolución de personería jurídica ha manifestado su interés en participar en los procesos unitarios de la izquierda. Su vocero Omer Calderón manifestó “cualquier acuerdo político con otra agrupación se hará sobre la base de usar la personería jurídica de la UP”, “es deseable que el Polo y Progresistas pudiesen usar la personería de la Unión Patriótica, por el significado político e histórico que eso tiene”. http://goo.gl/wLdV1

Lo fácil y conveniente ha resultado intrincado y más complejo de lo esperado. Tras las declaratorias y convocatorias en favor de la unidad subyacen inocultables dificultades y desencuentros y una no despreciable dosis de incertidumbre derivada del curso final de las negociaciones de La Habana.

Una primera dificultad estriba en el alcance de acuerdo electoral. Mientras el Polo, la Marcha Patriótica, la Unión Patriótica y el Partido Comunista prefieren una coalición predominantemente de izquierda, Navarro y los progresistas, junto a sectores de izquierda de los Verdes, defienden la necesidad de una coalición o frente amplio de centro izquierda, con el propósito de atraer a la totalidad el partido Verde y a sectores liberales. En palabras de Navarro “la división entre los doctores Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos genera un espacio para una tercera opción, si somos capaces de unir un espectro lo suficientemente amplio y para ello necesitamos el centro en todo esto. Eso es algo en lo que he estado trabajando insistentemente, porque tenemos una oportunidad de construir algo alternativo y disputar el poder nacional en 2014. Ese tiene que ser el resultado de una unión de sectores de Centro, de Centro izquierda y la de izquierda también”. http://goo.gl/zKbkk

El segundo gran obstáculo para la unidad de la izquierda y del centro izquierda es la reelección de Santos. En particular el partido verde aún no ha tomado una decisión sobre el tema: Sectores encabezados por Alfonso Prada, Lucho Garzón y los senador Jorge Londoño y Félix Valera son partidarios de la relección y de la continuidad en la Unidad Nacional, mientras que Ángela María Robledo, Carlos Ramón González y el sector Reverdecer han manifestado su decisión de sumarse a una coalición con sectores de izquierda y un candidato alternativo. De la decisión que tomen los Verdes dependerá la suerte del proyecto de centro izquierda que impulsa Navarro. Esta diferencia será uno de los asuntos gruesos que deberá resolver Alonso Salazar como nuevo presidente y vocero de los Verdes.

Una tercera debilidad de la esquiva unidad de la izquierda es la fragilidad de sus candidatos a la presidencia. Un análisis a golpe de ojo de la lista propuesta por Navarro, que incluye a “Clara López, Eduardo Verano de la Rosa, Antonio Navarro, José Antonio Ocampo, Feliciano Valencia, por qué no Ingrid Betancourt, a ver si se anima a meterse de nuevo a la política colombiana; por qué no el ex alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, Jorge Londoño ex gobernador de Boyacá”, indica que se trata de personas con méritos intelectuales y políticos, pero sin gran arraigo en la opinión pública. Con excepción de Clara López y el propio Navarro, los demás son candidatos difíciles de “vender” y posesionar entre el electorado. No son la mejor carta frente a Santos candidato y al escogido por las fuerzas del uribismo.

De no poca monta será resolver el problema de las listas unificadas o separadas. El umbral es una amenaza que favorece la búsqueda de acuerdos salvadores. Sin embargo, el Polo ha manifestado su desacuerdo con la modificación del umbral que clama la izquierda y parece decidido a librar la batalla con listas propias confiado en su gran varón electoral, Jorge Robledo, sin duda el senador de izquierda más votado en la últimas elecciones, quien sigue gozando de amplia simpatía en las encuestas ciudadanas, que contrasta con la debilidad electoral de los demás candidatos de las otras fuerzas. Afujías electorales a las cuales no escapan los Verdes tras la muerte de su gran electora, la senadora Gilma Jiménez. En la izquierda los asuntos de mecánica electoral tienen una larga tradición de desencuentros y rupturas. No todo es cuestión de principios. El frente o coalición también va a depender en mucho del renglón.

La gran tenaza que aprieta y condiciona a la izquierda en la actual coyuntura electoral es la polarización Santos Uribe y el curso de las negociaciones de la Habana. Las elecciones presidenciales sin la firma de un acuerdo de paz final y definitivo, sin que ello signifique el fin de las negociaciones, un hecho políticamente posible, acrecentará la polarización electoral entre las fuerzas del Puro Centro Democrático y la Unidad Nacional del presidente Santos. En esta circunstancia la izquierda deberá sopesar la conveniencia de proclamarse tercera fuerza o escoger el camino de respaldar la reelección de Santos mediante un acuerdo político.

El tema de un eventual apoyo a la reelección no está cerrado. Gustavo Petro, por ejemplo, ha señalado: “Lo que creo es que debe organizarse un bloque por la paz, eso podría llegar a incluir una reelección, pero no necesariamente; no son sinónimos. Si la sociedad colombiana aspira mayoritariamente a salir de la guerra, tema que se expresa en las urnas, hay que construir un bloque de ese objetivo político social que todavía no lo he visto.” http://goo.gl/8vs45

Este escenario de elecciones sin acuerdo definitivo con las Farc haría explotar la unidad de la izquierda y la obligará a rediseñar su estrategia electoral y de supervivencia política. Por fortuna la política siempre empieza.

Edición N° 00360 – Semana del 19 al 25 de Julio de 2013