Colombia querida

Por Jacqueline Coto Torres*

Este texto es tomado de ElQuinto.com.co y se publica gracias al acuerdo entre dicho portal y la Corporación Nuevo Arcoiris.

A mí me recibió la Colombia que no es noticia y me recibió con una sonrisa. Colombia es abundante en clima, territorio y cultura. Su producción parece inagotable, hay pueblos especializados en distintas artes, hay fenotipos característicos en sus ciudades, hay formas de comportarse regionales y hay maneras en las que un turista es tratado.

He sido parce, veci, vecina, doctora, china, sumercé y por supuesto señora; he comprado productos cuyo precio es asignado frente al comprador, ¿Cuánto es lo menos?, parece la pregunta de rigor. Me he puesto en sus zapatos y sus zapatos, he usado sus vestidos y he sido alimentada por sus frutos durante mucho tiempo. He tomado sus jugos, tomate de árbol ha sido de mis favoritos y sus carnes, en sabrosas picadas, he sido una más de sus hijas y por tanto, he tenido hermanos.

Colombia es fértil, lo es tanto que aquí nació mi hijo. Algunas de sus montañas parece que abrazan, tiene ríos serpentinos, lagos, planicies, elevaciones, cuevas, monumentos a la virgen en los lugares más inhóspitos, muchas iglesias que permanecen con las puertas abiertas, tiendas de artesanías, cafeterías…

Hay sitios seguros, ambientes donde la armonía y la calma se impusieron sobre el caos; pinturas con nuevas significaciones: color donde antes hubo dolor. Música, música regional porque Colombia se canta, se baila y se ama a sí misma, ama a los suyos y también a los que hace suyos, nos consiente con tinto y pan de yuca, nos pone una ruana o nos manda a hacer preguntas con sus nativos, ¿ustedes de dónde son?, o nos dice que hablamos raro y se ríe con nosotros y nos ofrece el cielo.

Colombia es dulce como la panela; tiene hijos laboriosos que poco se quejan, hijos creativos que son capaces de fusionar negocios tan disímiles como una venta de huevos en una oficina de correos. Es festiva, desde el Festival de Negros y Blancos hasta el Festival del Burro; es juguetona, hasta los ancianos juegan. Es intrépida con sus deportes extremos, es inquisitiva con sus investigaciones, es intelectual, especializada, es campesina, solidaria, confiable y confiada.

Ella nos ha dicho que sí muchas veces, nos ha recibido en sus casas, ha intercambiado con nosotros bienes tangibles y los más: bienes intangibles en cariño, atención, respeto, consideración y amparo, Colombia nos ha dado regalos a manos de desconocidos y no nos ha pedido más que apreciarla; es agradecida, le damos un sentimiento y Ella nos da una flor.

*Mamá, psicóloga, escritora, poeta y doula