García Márquez fotografiado por Daniel Mordzinski.
/ Por Giovanni Moreno C. Para un fotógrafo reencontrarse con sus negativos, rollos, lentes, cámaras, ampliadoras y demás, es emprender un viaje en ese espectacular tren de los recuerdos que es su trabajo y su vida entera: la fotografía.
Tras una absurda decisión, que hasta ahora nadie entiende, 27 años de trabajo que reposaban meticulosamente archivados en un piso del diario francés Le Monde por el propio Daniel, en virtud de un convenio con El País de España del cual es corresponsal gráfico, fueron enviados a la caneca de la basura. Su espacio profesional más íntimo desapareció el pasado 7 de marzo cuando su colega y amigo Miguel Mora, también periodista de El País, llegó al séptimo piso de las instalaciones del vespertino parisino y tan sólo el frio aire fue su compañía.
La obra de Daniel Mordzinski, conocido popularmente como el fotógrafo de los escritores, es un verdadero testimonio de la cultura contemporánea. Desde Tierra del Fuego hasta Estrasburgo, armado siempre con su daguerrotipo, obturó a través de su lente cientos de personajes de la literatura y el arte. Por su agudo encuadre han pasado los poderosos de las letras hispanas y europeas, desde el peruano Vargas Llosa hasta el recientemente fallecido alemán Stéphane Hessel, inspirador del movimiento Indignados, nacido en medio de la crisis europea.
En un descuido del diario francés Le Monde se arrojó a la basura el archivo de 27 años de la obra del conocido fotógrafo de los escritores. ¿Cómo pasó?
En su más ambicioso proyecto, no concluido aún y en el que lleva más de 30 años, el “atlas humano” de la literatura iberoamericana aparece Gabriel García Márquez. El lente de Daniel captó al nobel colombiano con la serenidad y el tino que caracterizan su figura. Incólume y pretérito, pero con cada recuerdo vivaz en los rincones de su extraordinaria memoria, como la de “Funes el Memorioso” del cuento de Borges, apareció García Márquez en las grandiosas imágenes de Daniel.
Hoy 27 años de pasión por apretar ese pequeño botón, que atrapa un único momento mágico e irrepetible en el tiempo, trasmitido en retratos para la historia, quedan sólo en la mente de Daniel. Se salvaron sólo los trabajos digitalizados por el fotógrafo y su equipo, para sus exposiciones que han viajado a lo largo del mundo entero.
La tristeza y desazón expresadas por el propio Daniel Mordzinski llegan al alma cuando escribe sobre lo ocurrido en su sitio web, “la indignación y la pena me devoran y me digo que treinta y cinco años de retratar las letras no merecen que me rinda ahora…” Muy seguramente su incansable lente vuelva a traernos esa magia que él y la pertinaz luz eternizan en un pedazo de papel llamado fotografía.
PD: Quienes deseen conocer y admirar el trabajo de Daniel, este es su sitio web. http://www.danielmordzinski.com/