Dos décadas después, el padre Michael, como le dicen con cariño y con respeto quienes lo conocen, sobrevivió a una carta bomba que lo dejó sin sus manos y sin uno de sus ojos, a causa de su militancia en el movimiento pacifista del Congreso Nacional Africano. Pero al contrario de amilanar su espíritu, el atentado que casi le cuesta la vida engrandeció su vocación de servicio.
Hizo parte de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (TRC) y hoy está al frente del Instituto para la Sanación de los Recuerdos, del que es su fundador. Está en Colombia para dar su testimonio de vida, invitado por la Fundación para la Reconciliación, una de las organizaciones aliadas del proyecto Reconciliación Colombia que conversó con él antes de su llegada al país. Aquí el enriquecedor diálogo con el sacerdote anglicano:
¿Por qué reconciliarse con el pasado?
Reconciliarse con el pasado es una invitación para sacar algo bueno de lo malo. Es la alternativa real para romper los ciclos de odio y de venganza que pueden perdurar por siglos.
¿Cómo se hace para reconciliarse con el pasado?
El pasado se reconcilia cuando las víctimas ayudan a construir una sociedad justa, en lugar de tener en mente la venganza.
Si uno se decide por no reconciliarse con el pasado, ¿puede haber un futuro posible?
Si no nos reconciliamos con el pasado, nos quedamos siendo sus prisioneros y corremos el riesgo de repetirlo.
Cuando hablamos de sanación, ¿a qué sanación nos referimos?
La sanación se da cuando hacemos las paces con el pasado y dejamos ir aquello que nos envenena, como el odio y la amargura.
¿Qué relación hay entre sanación y reconciliarse con el pasado?
Cuando nuestra memoria está sanada, estamos libres para reconciliar el pasado construyendo una sociedad más amable y compasiva.
¿Es diferente la sanación individual de la sanación colectiva?
Muchos de los componentes del viaje de la sanación individual hacen parte de la sanación colectiva. En ambos casos, obtener el reconocimiento suele ser el primer paso hacia la sanación.
¿Puede alguien vivir, a pesar de no vivir un proceso de sanación?
Muchas personas eligen no sanar y pueden hacer de su condición de víctimas un modo de vida.
¿Cuál es la diferencia entre vivir sanado y vivir no sanado?
La sanación es un viaje con muchas etapas. Antes de empezar, puede ser que estemos atrapados en un momento de la historia.
¿Cuáles son los síntomas de una sociedad no sanada?
Los síntomas pueden variar de un lugar a otro, pero a menudo incluyen altos niveles de violencia social y respuestas desproporcionadas ante incidentes menores.
¿Cuáles son los síntomas de una sociedad sanada?
Paz y cohesión social.
¿Cómo define usted el perdón?
Es no seguir reprochando a la otra parte el mal que ha causado. Es como desatar un nudo.
¿Cuál es la prueba de fuego para el perdón?
Ser capaces de mirar a la otra persona a los ojos sin tener malos sentimientos hacia ella.
¿Cómo sabemos que, en realidad, hemos perdonado?
Cuando pensamos en la otra persona, o nos encontramos con ella, y sentimos compasión hacia ella.
¿Cuándo cree Usted que un ser humano puede decir que alcanza la libertad?
Mandela nos enseñó que nuestra libertad está íntimamente ligada a la libertad y el bienestar de otros. No puedo ser realmente libre si tú no eres libre.
¿Cómo hizo para reconciliarse con Dios después de su episodio traumático?
No tuve necesidad de reconciliarme con Dios después del atentado con la bomba. Dios estuvo presente conmigo en esa terrible experiencia.
¿Qué le aconseja a la gente que está peleando con Dios?
Es normal pelear a veces con Dios, como lo hizo Job. También puede ser bueno que nos preguntemos en los momentos de silencio qué es lo que Dios nos está diciendo. Además, ¡no culpemos a Dios por las malas acciones que comenten seres humanos en contra de nosotros!
¿Qué le aconseja a las sociedades que pelean con Dios?
Que hablen menos y escuchen más.
Y si las sociedades no creen en Dios, ¿igual pueden encontrar la reconciliación?
No todas las personas son religiosas, pero todas tienen una espiritualidad. Todas las personas pueden hacer un viaje hacia la reconciliación y la sanación.
¿Es necesario transitar por el sufrimiento, por la adversidad y por el quebrantamiento para levantarse como un mejor ser humano?
Hay muchos caminos para llegar a ser una mejor persona. Las experiencias en las que la vida se ve amenazada nos dejan huellas. Y nos pueden llevar a crecer o hacernos más pequeños.
¿Cuál es la clave para transformar el sufrimiento en una fuerza vital?
Cuando los otros reconocen plenamente el mal que nos han causado y recibimos oraciones, amor y apoyo de las personas. Esto crea el espacio espiritual para que tomemos decisiones generadoras de vida.
¿Qué es la justicia restaurativa?
La justicia restaurativa plantea la pregunta sobre cómo podemos restaurar las relaciones que se han roto. Por el contrario, la justicia retributiva pregunta cómo podemos castigar al que ha hecho mal.
¿Qué les dice usted a quienes no creen en la justicia restaurativa?
Evidentemente, están en su derecho. Sin embargo, se puede empezar un diálogo interesante, pues muchas personas nunca han reflexionado sobre el concepto de justicia restaurativa.
¿Qué es eso de la restitución necesaria para sanar la relación entre nosotros dos?
La forma de restitución depende del contexto. Puede ser necesario incluir la restauración de la dignidad de aquellos que han sido vulnerados, así como actos materiales y simbólicos.
¿La restitución se predica de los llamados victimarios? ¿Qué exigir y que esperar de los victimarios?
Idealmente, la restitución debería venir de los victimarios. En algunos contextos hay narrativas de conflicto e incluso competencia por la condición de víctima. Donde ha habido guerras, las personas de todas las partes involucradas necesitan restitución, pero no necesariamente en la misma medida.