Ser este grito en medio de la muerte

San José de Apartadó se declaró comunidad de paz el 23 de marzo de 1997. Aproximadamente 500 campesinos, pertenecientes a 17 veredas, decidieron organizarse para sacar la guerra de su territorio, para no colaborar con ningún actor armado, para llevar adelante un proceso de neutralidad respecto del conflicto. Foto: www.nasaacin.org
San José de Apartadó se declaró comunidad de paz el 23 de marzo de 1997. Aproximadamente 500 campesinos, pertenecientes a 17 veredas, decidieron organizarse para sacar la guerra de su territorio, para no colaborar con ningún actor armado, para llevar adelante un proceso de neutralidad respecto del conflicto.
Foto: www.nasaacin.org

Se han construido en Urabá dos caminos totalmente distintos con historias contadas y vividas de formas opuestas.

Desde allí comenzaríamos a descubrir y desentrañar los dos estados que existen y que hoy más que nunca vivimos, un estado que se plasma en el papel y el otro que es el estado que vivimos diariamente. Desde hace mucho supimos que construir un espacio alternativo de dignidad era ir en contravía a la lógica real del Estado.

Hemos podido apreciar en carne propia cómo en estos largos años no se cambia para nada el libreto: se mata, se asesina y para ello se utilizan los medios más atroces y se valen de las artimañas mas cínicas y perversas.

Al paramilitarismo lo hemos sufrido día a día, pero pudimos ver su evolución total frente al exterminio, la impunidad total y la lógica como el Estado lo implantó en la sociedad urabaense y colombiana.

Tal vez, lo mas rescatable de nuestro caminar, pese al horror, es que no nos han logrado callar y no lo harán hasta que exterminen al último miembro de la comunidad.

Creemos que en estos años hemos adquirido ese compromiso con la vida de no callar ante la muerte, ante el paramilitarismo que está mas vivo que nunca y continúa asesinando en Urabá en las narices de la prensa y de las instituciones estatales que lo niegan todo. Sin embargo, el aliento de estas víctimas, en su silencio, nos dice que tenemos que seguir gritando y rechazando esta barbarie.

Para el país, no solo han quedado en el olvido todos los hechos de horror perpetrados contra las comunidades, sino que además el presente es necesario vivirlo sin decir nada y sobre todo imaginando que el horror que estamos viviendo es el país perfecto, de ahí que las muertes son ya cuestión de años que deben ser llevadas al olvido y que los asesinos ya no son paramilitares sino banditas emergentes; el robo de tierras es solo la redistribución que se le hace a los victimarios y grandes terratenientes por su espíritu patriótico, las riquezas naturales que se están explotando y generando desplazamiento es el progreso y el desarrollo que vive el país.

Es evidente que a la realidad se le cambia de nombre, se le maquilla a la muerte como si fuera vida y el victimario resulta ser la víctima, eso es lo que nos ha enseñado la seguridad democrática, esa que durante todos estos años de Comunidad de Paz, ha buscado aniquilarnos de todas las formas y para justificar su horror nos tachan de guerrilleros. La simplicidad del victimario y su total descaro.

Por ello, no podemos olvidar que estas búsquedas solidarias, comunitarias que son fundamentales para nuestra comunidad han podido lograrse gracias a la solidaridad de cientos y cientos de personas en el mundo que creen que la injusticia y la impunidad no pueden ser el rumbo de la historia.

Sabemos que entramos a otro año nuevo 2015 y lo hacemos en comunidad. Hubiéramos querido que la realidad no fuera la misma de todos estos años de muerte y guerra, pero lamentablemente, como hemos ya expresado, es mucho peor.

Ser este grito en medio de la muerte que ha generado el paramilitarismo, en acciones conjuntas con el Estado, nos ha costado enormemente. Sin embargo creemos que este compromiso con la verdad nos alienta para no ceder ante tanta barbarie.

A cada persona que ha pasado por nuestra Comunidad de Paz, no sólo en nuestros espacios, sino que ha tocado alguna vez con nosotros, en algún documento, en una página, en un video, en una foto o simplemente ha escuchado hablar de ella, gracias por esa expresión, entre todos podemos construir alternativas donde quiera que estemos y ser respetados por ello, eso es solidaridad.

Nos reafirmamos nuevamente en nuestros principios de vida, a la vez extendemos un saludo fraterno y agradecimiento nacional e internacional a todos los que nos han acompañado, a todos los que caminan con nosotros desde distintas partes del mundo, a todos los que desde su corazón creen en el respeto de la población civil en medio del conflicto.

Tomado de: http://prensarural.org/spip/spip.php?article15856