En 2005, cuando Álvaro Uribe Vélez –hoy candidato al Senado– era presidente de la República, su Gobierno lanzó una peligrosa acusación contra la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, en Antioquia.
El 21 de febrero de ese año, una incursión de las autodefensas dejó entre sus muertos a una niña de cinco años y un bebé de 18 meses. Sin embargo, desde esa fecha, según las autoridades judiciales, más de 190 miembros de ese territorio han sido asesinados, en su mayoría por paramilitares ayudados en varios casos por el Ejército.
“En esta comunidad de San José de Apartadó hay gente buena, pero algunos de sus líderes, patrocinadores y defensores están seriamente señalados, por personas que han residido allí, de auxiliar a las FARC y de querer utilizar a la comunidad para proteger a esta organización terrorista”, dijo el expresidente en febrero de 2005, luego de la masacre paramilitar.
Ocho años después, el presidente Juan Manuel Santos tuvo que pedirles perdón a los habitantes de este territorio por orden de la Corte Constitucional.
“Hace algunos años, desde la primera magistratura de la Nación se hicieron acusaciones injustas a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, por eso la Corte Constitucional le ordenó al Estado, en cabeza del propio presidente, retractarse. Hoy quiero cumplir con esa retractación”, dijo el mandatario.
“Reconozco en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó una valiente reivindicación de los derechos de los colombianos que, no obstante haber padecido el conflicto en carne propia, ha persistido en su propósito de alcanzar la paz para el país”, apuntó Santos ayer desde la Casa de Nariño.
El mandatario evocó al recién fallecido Nelson Mandela al asegurar que “los valientes no temen perdonar por el bien de la paz”.
PUBLICADO : Hoy 12:52 h.
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