Zidres vs Zonas de Reserva Campesina

Foto: Archivo El Espectador
Foto: Archivo El Espectador

El Observatorio del Conflicto Armado y el Post Conflicto de la Corporación Nuevo Arco Iris CNAI publica en una serie de documentos los análisis realizados por el equipo de investigadores de la Corporación sobre las operaciones militares que condujeron a una crisis definitiva de la GUERRA como opción de salida al Conflicto Armado que durante medio siglo ha asolado a Colombia y si agregamos la época de La Violencia que se inicia en 1946 completaríamos 70 años de guerra, lo que se va a debatir ahora es el punto de inflexión a partir del cual la PAZ se convirtió en la única salida racional.

Son contextualizaciones de los avatares de la guerra en cada momento histórico, se fundamentan en las investigaciones realizadas por la Corporación sobre la estrategia militar de las fuerzas enfrentadas , los mercados de criminalidad que las sustentaban y las redes políticas que se beneficiaban del conflicto; pero ahora, cuando existe mayor información, ampliando la perspectiva de esas interpretaciones en dos aspectos; la visión desde la economía política y la visión socio-cultural.

Es de destacar que las conclusiones señaladas en su momento por los investigadores de la CNAI coinciden en gran medida con lo que se ha venido desvelando a raíz de las negociaciones en La Habana.

En este primer artículo se analiza: La irrupción de las multinacionales agroindustriales y los grupos económicos en la compra masiva de tierras en la Altillanura, circunstancia que transformó el teatro de la guerra de manera decisiva; pero que paradójicamente condujo a un empate estratégico como veremos más adelante.

En un segundo artículo se analizan las dinámicas militares de la acción de la Fuerza Pública contra las FARC en el marco del Plan Colombia, antes (2002) y después (2010) de la política de Seguridad Democrática del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y la respuesta de esta organización armada insurgente frente a la ofensiva desatada. Luego se publicarán artículos sobre cuatro zonas del país que constituyen ejemplos de los que será el Postconflicto (Sur de Nariño, Nordeste antioqueño, Catatumbo y Buenaventura).

Los años más intensos del conflicto armado que van desde el surgimiento del paramilitarismo en Puerto Boyacá, (entrenado por mercenarios británicos e israelíes como Yahir Klein y financiado por los grandes narcotraficantes Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha), hasta la ley de “Justicia y Paz” producto de las negociaciones con las AUC en Santafé de Ralito, y los Acuerdos de La Habana con las FARC, le impidieron al país participar del “boom” mundial de los commodities de las materias primas, especialmente las agroindustriales, “boom” impulsado precisamente por el crecimiento de la economía china a tasas superiores al diez por ciento durante cerca de 25 años.

EL FIN DE UNA GUERRA DE 52 AÑOS 

La gran pregunta que nos hacemos los colombianos es ¿Por qué razón, después de 70 años de Violencia (1946-1964 contra las guerrillas liberales) y Confrontación Armada (desde 1964 contra la insurgencia guerrillera FARC, ELN, EPL, M19) por la tierra, las élites nacionales económicas y políticas deciden negociar con la guerrilla campesina de las FARC?

Hay una confluencia de factores sin los cuales este proceso hubiera sido imposible, entre ellos se destacan:

  • El apoyo tácito del gobierno estadounidense en la lucha contra el narcotráfico, apuntando a las FARC, por medio de la puesta en circulación del dispositivo “narcoguerrilla”, como el objetivo que justifica el proceso de constitución espacial de sus intereses en el control territorial en el país a modo de geopolítica de la economía, más allá de la misma lucha contrainsurgente.
  • La negociación con las AUC, condujo a la mutación y reacomodo delos fenómenos paramilitar y parapolítico en amplias zonas de Antioquia y Costa Atlántica. Proceso que volvió a situar el carácter político de las causas estructurales del problema agrario, tanto así que el Estatuto de Desarrollo Rural promovido por el gobierno Uribe, consistía en legalizar el despojo paramilitar  de forma grotesca.
  • El agotamiento del sistema político- electoral surgido de la Constitución de 1991, que condujo a la reforma de partidos de 2003, que buscó fortalecer los grandes partidos, de donde nace el Partido Social de la Unidad Nacional , partido reeditado del frente nacionalismo remanente, pero se conforma a su vez el Polo Democrático Alternativo como oposición partidista.
  • Los ajustes al modelo económico neoliberal que están afectando el uso y la propiedad de la tierra exigido por las multinacionales y los grupos económicos, que consideran que hay un cerrado mercado de tierras, ligado a la subutilización que obstaculiza el crecimiento económico a través de un uso más eficiente a través de la Nueva Ruralidad y la iniciativa privada.

Sobre este último tema deben quedar claros al menos 3 puntos:

  • El primero: La paz es consecuencia de la aceptación por parte de los dos combatientes del empate estratégico en la guerra; es decir, la imposibilidad de que el Estado derrotara a las FARC o de que éstas se tomaran el poder. Pero lo histórico es que en ese empate se vislumbra el fin de 200 años de guerras por la tierra entre grandes terratenientes y pequeños colonos, con un matiz central que explica el momento político, existe un cambio en dentro de la continuidad del modelo, que supone la convivencia entre una economía globalizada que busca asentarse en los territorios con la existencia de poblaciones a las cuales vincular a su apuesta de control y ordenamiento a las regiones, la Paz territorial.
  • El segundo: bajo la sombrilla del Plan Colombia su implementación en la guerra desatada por la “Seguridad Democrática”, los agro-negocios, las multinacionales y los grupos económicos modificaron de modificaron el valor y el uso de la tierra en Colombia, generando un ordenamiento territorial empresarial para el cual las formas tradicionales de poder de las élites regionales caracterizadas por la improductividad y la especulación con la tierra significa un obstáculo estructural para el libre desarrollo del mercado de tierras y la internacionalización de la economía.
  • El tercero tiene que ver con la soberanía o seguridad alimentaria, según la óptica de quien observe el fenómeno. Siendo Colombia un país con mucha tierra útil,  las importaciones de alimentos superan las 10 millones de toneladas, unido a que  las economías campesinas, sin  acceso a subsidios (Agroingreso Seguro fue solo para quienes tenían gran poder político), sin asistencia técnica y sin  propiedad de la tierra,  abastecen el 50% de la canasta básica alimenticia del país.

Ver documento completo:

Hernán Pedraza
Investigador del Observatorio del Conflicto Armado y del Posconflicto –OCAP-
Corporación Nuevo Arco iris –CNAI-

Esteban Clavijo, Julian Herrera Millan, Sebastián Mayorga, Wilmer Valero
Estudiantes de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Universidad Nacional de Colombia